Como medida de prevención contra el COVID el instituto está utilizando un medidor de CO2.
Cuando respiramos absorbemos oxígeno y exhalamos CO2. Junto con el CO2 expulsamos «aerosoles» pequeñas partículas líquidas que podrían contener el virus y contagiar a otras personas. La respiración de un grupo de personas dentro de una clase cerrada hace aumentar el CO2 por lo que una forma de medir la concentración de aerosoles es medir el CO2.
El aire del exterior tiene unas 500 ppm (partes por millón) de CO2, así que si en una clase tomamos medidas que superan este valor es síntoma de que conviene renovar el aire, cosa que se puede hacer abriendo las ventanas.
Tenéis más información en este artículo del Heraldo.es
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